No se puede saber el punto de ebullición de un elemento; hay que medirlo. No existe una forma sencilla de saber el punto de ebullición de un elemento con sólo mirarlo o sostenerlo. El punto de ebullición de un elemento es la temperatura a la que pasa de líquido a gas, y esta temperatura varía mucho de un elemento a otro. Por ejemplo, el punto de ebullición del helio es -429,7 °F, mientras que el punto de ebullición del tungsteno es 5550 °F. Entonces, la única forma de saber el punto de ebullición de un elemento es medirlo.