Un gas a microescala puede describirse como un conjunto de pequeñas partículas conocidas como moléculas o átomos que están en movimiento constante, rápido y aleatorio. Estas moléculas o átomos tienen un volumen insignificante y muy poca atracción entre sí, lo que da como resultado la capacidad del gas para expandirse y llenar el espacio disponible. Se mueven libremente, chocando entre sí y con las paredes de su contenedor, transfiriendo energía e impulso durante estas colisiones.