Los enlaces iónicos se forman mediante la transferencia de electrones de un átomo a otro, dando como resultado la formación de iones con carga positiva y negativa. Los enlaces de hidrógeno, por otro lado, se forman por la atracción electrostática entre un átomo de hidrógeno parcialmente positivo y un átomo electronegativo parcialmente negativo, como oxígeno, nitrógeno o flúor. Los enlaces de hidrógeno son más débiles que los enlaces iónicos y normalmente se forman entre moléculas y no entre átomos individuales.