En las valoraciones termométricas, el cambio de temperatura que acompaña a una reacción química (normalmente neutralización) se utiliza para controlar el progreso de una reacción. Aquí, el calor liberado o absorbido en una reacción se mide con precisión y se utiliza para determinar la estequiometría de la reacción y las constantes de equilibrio. A diferencia de las valoraciones tradicionales, donde una transformación gradual del color ayuda a determinar el punto final, esta técnica se basa únicamente en alteraciones de temperatura para marcar los puntos finales.