En las sustancias covalentes, la fuerza de los enlaces covalentes determina el punto de fusión. Cuanto más fuertes son los enlaces covalentes, más energía se requiere para romperlos y separar las moléculas, lo que da como resultado un punto de fusión más alto. Sin embargo, dado que las fuerzas de van der Waals son relativamente débiles en sustancias covalentes, la energía necesaria para superar estas fuerzas intermoleculares y permitir que las moléculas se muevan unas sobre otras es comparativamente pequeña.
Como resultado, las sustancias covalentes tienden a tener puntos de fusión más bajos en comparación con las sustancias iónicas o metálicas. Las sustancias iónicas y metálicas tienen fuerzas intermoleculares más fuertes, como atracciones electrostáticas entre iones o enlaces metálicos, respectivamente. Estas fuerzas intermoleculares más fuertes requieren más energía para superarse, lo que conduce a puntos de fusión más altos.
El punto de fusión de una sustancia covalente también depende del peso molecular y de la estructura molecular. Las moléculas más grandes y las estructuras moleculares más complejas generalmente tienen fuerzas de van der Waals más fuertes debido al aumento de la superficie para las interacciones intermoleculares. Por tanto, tienden a tener puntos de fusión más altos en comparación con moléculas más pequeñas con estructuras más simples.
En resumen, las sustancias covalentes tienen puntos de fusión bajos porque las fuerzas intermoleculares que mantienen unidas sus moléculas son fuerzas de van der Waals relativamente débiles. La fuerza de los enlaces covalentes dentro de las moléculas, el peso molecular y la estructura molecular también influyen en la determinación del punto de fusión de una sustancia covalente.