El aire inhalado contiene aproximadamente un 21% de oxígeno, mientras que el aire exhalado contiene alrededor de un 16% de oxígeno. Esta diferencia se debe a que el cuerpo utiliza oxígeno durante el metabolismo, convirtiéndolo en dióxido de carbono y agua. Como resultado, la concentración de oxígeno en el aire exhalado es menor que en el aire inhalado.