La ruptura de los enlaces de hidrógeno cuando se derrite el agua tiene varias consecuencias importantes. Una consecuencia es que la densidad del agua disminuye. Esto se debe a que los enlaces de hidrógeno entre las moléculas de agua hacen que se agrupen más juntas en el estado sólido. Cuando estos enlaces se rompen, las moléculas de agua pueden separarse más, lo que resulta en una disminución de la densidad. Por eso el hielo flota sobre el agua líquida.
Otra consecuencia de la ruptura de los enlaces de hidrógeno cuando el agua se derrite es que la tensión superficial del agua disminuye. La tensión superficial es la fuerza que hace que la superficie de un líquido se resista a romperse. En el agua, esta fuerza es causada por los enlaces de hidrógeno entre las moléculas de agua en la superficie. Cuando estos enlaces se rompen, la tensión superficial del agua disminuye, lo que facilita que se rompa la superficie. Por eso las gotas de agua forman esferas.
Finalmente, la ruptura de los enlaces de hidrógeno cuando el agua se funde también afecta la capacidad calorífica específica del agua. La capacidad calorífica específica es la cantidad de energía térmica necesaria para elevar la temperatura de una sustancia en un grado Celsius. El agua tiene una alta capacidad calorífica específica, lo que significa que se necesita mucha energía térmica para elevar su temperatura. Esto se debe a que los enlaces de hidrógeno entre las moléculas de agua almacenan energía térmica. Cuando estos enlaces se rompen, se libera la energía térmica almacenada, lo que eleva la temperatura del agua.