La disolución se refiere al proceso en el que un soluto sólido, líquido o gaseoso se disuelve en un disolvente líquido para formar una mezcla homogénea llamada solución. La capacidad de una sustancia para disolverse en un disolvente depende de las propiedades químicas y físicas tanto del soluto como del disolvente. El agua es un disolvente polar, lo que significa que tiene una carga parcial positiva en un extremo de la molécula y una carga parcial negativa en el otro extremo. Esto permite que las moléculas de agua formen enlaces de hidrógeno con otras moléculas polares o moléculas que tienen átomos de hidrógeno unidos a átomos electronegativos. Las sustancias que pueden formar enlaces de hidrógeno con el agua generalmente son solubles en agua.