La densidad de un líquido puede variar dependiendo de su temperatura y presión. En general, la densidad de un líquido disminuye a medida que aumenta la temperatura y aumenta a medida que aumenta la presión. Esto se debe a que a medida que aumenta la temperatura, las moléculas del líquido se mueven más rápido y ocupan más espacio, lo que resulta en una menor densidad. A medida que aumenta la presión, las moléculas se acercan más, lo que da como resultado una mayor densidad.
La densidad de un líquido es importante por varias razones. Por ejemplo, se utiliza para determinar la flotabilidad de objetos en el agua, calcular la cantidad de líquido en un recipiente y diseñar barcos y otras embarcaciones que floten.
A continuación se muestran algunos ejemplos de las densidades de líquidos comunes a temperatura ambiente (25°C) y presión atmosférica:
- Agua:1 g/cm³ (1000 kg/L, 8,34 lb/gal)
- Leche:1,03 g/cm³ (1030 kg/L, 8,59 lb/gal)
- Aceite de oliva:0,91 g/cm³ (910 kg/L, 7,58 lb/gal)
- Gasolina:0,75 g/cm³ (750 kg/L, 6,24 lb/gal)
- Etanol (alcohol):0,79 g/cm³ (790 kg/L, 6,58 lb/gal)
- Mercurio:13,6 g/cm³ (13.600 kg/L, 113 lb/gal)