Las reacciones de condensación son extremadamente comunes en la química orgánica (que contiene carbono), en la que son particularmente importantes en la síntesis de polímeros y otros compuestos complejos. Por ejemplo, los aminoácidos que forman las proteínas están unidos entre sí mediante enlaces peptídicos formados mediante reacciones de condensación. Asimismo, la síntesis de carbohidratos implica la formación de enlaces glicosídicos mediante reacciones de condensación entre monosacáridos. La formación de lípidos y ceras a partir de ácidos grasos y alcoholes también se produce mediante reacciones de condensación.
Las reacciones de condensación también se usan comúnmente para convertir compuestos que contienen grupos hidroxilo (-OH) en compuestos con grupos carbonilo (C=O). Por ejemplo, la reacción de un alcohol con un ácido carboxílico da un éster y agua (un alcohol también se condensa con un ácido carboxílico para dar un éster y agua). En este caso, el grupo hidroxilo del alcohol y el grupo carboxilo del ácido reaccionan para formar agua, mientras que los átomos restantes de los dos compuestos se unen para formar el éster.