Otro método para detectar sodio es la espectroscopia de absorción atómica (AAS), que mide la cantidad de luz absorbida por los átomos de un elemento específico. Cuando se coloca una muestra que contiene sodio en un instrumento AAS, los átomos de sodio absorben luz en una longitud de onda específica y la cantidad de absorción es proporcional a la concentración de sodio en la muestra.
Un tercer método para detectar sodio es la espectroscopia de plasma acoplado inductivamente (ICP), que es similar al AAS pero utiliza un tipo diferente de fuente de energía para excitar los átomos. La espectroscopia ICP es generalmente más sensible que la AAS y puede detectar niveles muy bajos de sodio en las muestras.
Finalmente, el sodio también se puede detectar mediante cromatografía iónica, que separa e identifica iones en una muestra según su carga y tamaño. En la cromatografía iónica, la muestra pasa a través de una columna que contiene una resina de intercambio iónico y los iones de sodio se separan de otros iones de la muestra. Luego, los iones de sodio se detectan y cuantifican utilizando un detector de conductividad.