La solubilidad de un gas en un líquido generalmente disminuye al aumentar la temperatura. Esto se debe a que las moléculas de gas son más energéticas a temperaturas más altas y, por tanto, tienen mayor tendencia a escapar del líquido. Por ejemplo, la solubilidad del oxígeno en agua disminuye aproximadamente un 20% por cada aumento de 10°C en la temperatura.
Solubilidad de los sólidos
La solubilidad de un sólido en un líquido generalmente aumenta al aumentar la temperatura. Esto se debe a que cuanto mayor es la temperatura, más energía cinética tienen las moléculas del disolvente. Este aumento de energía cinética permite que las moléculas de disolvente rompan las fuerzas intermoleculares que mantienen unidas las partículas sólidas, lo que les permite disolverse más fácilmente. Por ejemplo, la solubilidad del azúcar en agua aumenta aproximadamente un 2% por cada aumento de 10°C en la temperatura.
Hay algunas excepciones a estas reglas generales. Por ejemplo, la solubilidad de algunos gases, como el dióxido de carbono, en realidad aumenta al aumentar la temperatura. Esto se debe a que el dióxido de carbono reacciona con el agua para formar ácido carbónico, que es más soluble que el dióxido de carbono gaseoso.