El ácido salicílico es soluble en disolventes orgánicos como el alcohol, el éter y el cloroformo, mientras que la arena es insoluble en estos disolventes. Por lo tanto, una forma de separar la arena y el ácido salicílico es disolver el ácido salicílico en un disolvente orgánico adecuado y luego filtrar la solución para eliminar la arena. Después se puede recuperar el ácido salicílico del filtrado mediante evaporación del disolvente.