- Imagina que tienes dos átomos, denominados Átomo A y Átomo B, cada uno con una nube de electrones con electrones cargados negativamente moviéndose alrededor de sus núcleos.
- Cada átomo tiene una configuración electrónica específica, que describe cómo se disponen los electrones en diferentes niveles de energía.
- Cuando los átomos se acercan entre sí, sus nubes de electrones comienzan a interactuar.
- En las condiciones adecuadas, uno o más electrones del átomo A pueden ser atraídos por el núcleo del átomo B, y viceversa.
- Los electrones se deslocalizan un poco, lo que significa que en lugar de estar confinados en un átomo, se mueven en un orbital que engloba a ambos átomos.
- Esta atracción simultánea de electrones por múltiples núcleos da como resultado la formación de un par de electrones compartido entre los átomos.
- La atracción electrostática entre los núcleos cargados positivamente y la nube de electrones cargada negativamente de ambos átomos mantiene unidos a los átomos, creando un enlace covalente estable.
En resumen, un enlace covalente implica compartir uno o más pares de electrones entre átomos, lo que da lugar a un enlace químico fuerte que mantiene unidos a los átomos. Compartir electrones permite que los átomos alcancen una configuración más estable y da como resultado la formación de moléculas o compuestos moleculares.