La capacidad del cobre para conducir electricidad se debe a su estructura atómica. Los átomos de cobre tienen un electrón de valencia, lo que significa que este electrón está ligeramente unido al átomo. Cuando se aplica voltaje al cobre, los electrones de valencia pueden moverse libremente, creando una corriente eléctrica.
La conductividad del cobre también se ve afectada por su temperatura. A medida que aumenta la temperatura del cobre, aumenta su resistividad. Esto significa que el cobre conduce la electricidad con menor eficacia a temperaturas más altas.
A pesar de ello, el cobre sigue siendo un excelente conductor de electricidad, incluso a altas temperaturas. Es por eso que el cobre se utiliza en aplicaciones donde se requiere una alta conductividad eléctrica, como en líneas eléctricas y generadores.