A temperatura ambiente , los halógenos reaccionan con el oxígeno para formar óxidos. Por ejemplo, el cloro gaseoso reacciona con el oxígeno para formar monóxido de cloro (ClO) y dióxido de cloro (ClO2).
2Cl2(g) + O2(g) → 2ClO(g)
Cl2(g) + 2O2(g) → 2ClO2(g)
Estos óxidos son corrosivos y pueden causar una variedad de problemas de salud, incluida irritación de los ojos, la nariz y la garganta.
A temperaturas más altas , los halógenos también pueden reaccionar con el nitrógeno para formar nitruros. Por ejemplo, el gas flúor reacciona con el nitrógeno para formar trifluoruro de nitrógeno (NF3).
N2(g) + 3F2(g) → 2NF3(g)
Los nitruros se utilizan a menudo como fertilizantes y explosivos.
En presencia de agua , los halógenos pueden reaccionar para formar ácidos. Por ejemplo, el cloro gaseoso reacciona con el agua para formar ácido clorhídrico (HCl).
Cl2(g) + H2O(l) → 2HCl(ac)
Los ácidos son corrosivos y pueden causar una variedad de problemas de salud, incluidas quemaduras e irritación de los ojos, la nariz y la garganta.
La reactividad de los halógenos disminuye del flúor al yodo. Esto se debe a que el átomo de flúor tiene el radio atómico más pequeño y la electronegatividad más alta de todos los halógenos. Esto significa que es más probable que los átomos de flúor atraigan electrones de otros átomos, lo que los hace más reactivos.