1. Estado sólido:
Los metaloides suelen ser sólidos a temperatura ambiente. Tienen una estructura cristalina y sus átomos están dispuestos en un patrón regular y repetitivo. Por ejemplo, el boro (B), el silicio (Si), el germanio (Ge), el arsénico (As) y el antimonio (Sb) son todos sólidos a temperatura ambiente.
2. Estado líquido:
Algunos metaloides pueden existir en estado líquido bajo ciertas condiciones. Por ejemplo, el galio (Ga) se funde a 29,76 °C y el mercurio (Hg) es el único metal líquido a temperatura ambiente.
3. Estado del gas:
Los metaloides no suelen existir como gases a temperatura ambiente. Sin embargo, algunos compuestos metaloides pueden formar gases. Por ejemplo, la arsina (AsH3) y la estibina (SbH3) son compuestos gaseosos de arsénico y antimonio, respectivamente.
Es importante tener en cuenta que el estado de la materia de los metaloides puede variar según los cambios de temperatura y presión. Por ejemplo, algunos metaloides pueden sublimarse (transicionar directamente de sólido a gas) o fundirse en líquidos a temperaturas más altas.