Necesitará los siguientes materiales:
* 4 recipientes de plástico transparente con tapa
* 4 clavos de hierro
* Agua
* Bomba de aire o jeringa
* Tanque o cilindro de oxígeno
Instrucciones:
1. Llene cada uno de los cuatro recipientes con la misma cantidad de agua.
2. Agrega un clavo de hierro a cada recipiente.
3. Sellar herméticamente las tapas de los recipientes.
4. Utilice una bomba de aire o una jeringa para eliminar todo el aire (A ) de uno de los contenedores
5. Utilice una bomba de aire o una jeringa para forzar el oxígeno (B ) en otro de los contenedores.
6. Deje el tercer contenedor como está (C ). Está sellado pero el aire no fue reemplazado ni eliminado.
7. Abrir el cuarto contenedor a la atmósfera (D ) para que sirva como control.
Observaciones:
Después de unos días, observará lo siguiente:
* El clavo de hierro en el recipiente sin aire (A) no se oxidará.
* El clavo de hierro en el recipiente con oxígeno (B) se oxidará
* El clavo de hierro en el recipiente sellado pero no se reemplazó ni se eliminó el aire (C) se oxidará lentamente
* El clavo de hierro en el recipiente abierto a la atmósfera (D) se oxidará rápidamente
Conclusión:
Los resultados de este experimento muestran que se necesitan tanto aire como oxígeno para que el hierro se oxide. En el recipiente sin aire, el clavo de hierro no se oxidó porque no había oxígeno presente. En el recipiente con oxígeno, el clavo de hierro se oxidó porque había oxígeno presente. En el contenedor sellado pero el aire no fue reemplazado ni eliminado, el clavo de hierro se oxidó pero la velocidad de oxidación fue más lenta que en el contenedor con oxígeno agregado. Esto se debe a que el recipiente sellado todavía contenía aproximadamente un 20% de oxígeno. En el contenedor abierto a la atmósfera, el clavo de hierro se oxidó más rápidamente porque estuvo expuesto al nivel más alto de oxígeno.