El agua representa un compuesto muy estable. La descomposición del agua requiere condiciones extraordinarias, como temperaturas superiores a 2.000 grados centígrados (3.632 grados Fahrenheit) o una energía superior a 486 kilojulios. Incluso en este ambiente extremo, solo el 0.02 por ciento del agua se descompone.
Significado
A pesar de estos desafíos, el interés en la descomposición del agua permanece fuerte porque la transformación genera hidrógeno, una forma de energía limpia que eventualmente puede alimentar vehículos sin crear contaminación. El planeta tierra no tiene reservas naturales de hidrógeno. Encuentra que la existencia solo está unida al oxígeno en el agua.
Descomposición del agua
Cuando se somete a altos niveles de estrés, una molécula se descompone en compuestos químicos más simples. Cuando el agua se descompone, dos moléculas de agua se descomponen en dos moléculas de hidrógeno y una molécula de oxígeno. Esto no representa una reacción química sino una destrucción de las moléculas de agua.
Solución
La producción de hidrógeno industrial logra la descomposición del agua mediante la aplicación de electricidad a dos electrodos colocados en el agua. Este proceso, llamado electrólisis, apenas funciona con agua pura, y los centros de producción deben agregar un electrolito, como la sal. Debido a que las tuberías no pueden soportar un calor de 2.000 grados centígrados, los productores colocan la electrólisis en un entorno de alta presión, lo que les permite bajar la temperatura a alrededor de 800 grados centígrados. La eficiencia de conversión oscila entre 50 y 75 por ciento, según el Laboratorio Nacional de Energía Renovable.