La evolución es una teoría científica bien respaldada respaldada por una gran cantidad de evidencia de múltiples disciplinas, que incluyen:
* Registro fósil: Los fósiles muestran una clara progresión de la vida durante millones de años, con formas de transición que conectan especies ancestrales con las modernas.
* Anatomía comparativa: Las similitudes en las estructuras óseas entre diferentes especies (como las extremidades anteriores de humanos, murciélagos, ballenas y aves) apuntan a un antepasado común.
* Biología molecular: Las secuencias de ADN y proteínas muestran relaciones claras entre las especies, con parientes más cercanos que tienen un código genético más similar.
* Biogeografía: La distribución de especies en todo el mundo refleja su historia evolutiva y el movimiento de los continentes.
* Observación directa: Hemos sido testigos de la evolución en acción, como la evolución de la resistencia a los antibióticos en las bacterias.
Es importante entender que la ciencia no se ocupa de "prueba" de la misma manera que lo hace las matemáticas. Las teorías científicas son explicaciones que se refinan y mejoran constantemente a medida que surge una nueva evidencia. La evolución es una teoría porque es la mejor explicación que tenemos para la diversidad de la vida en la tierra, y está respaldada por un cuerpo de evidencia masivo.
Vale la pena señalar que algunas personas rechazan la evolución basada en creencias religiosas o filosóficas. Estas creencias no son de naturaleza científica y no pueden usarse para refutar una teoría científica.
En lugar de tratar de refutar la evolución, es más fructífero explorar la gran cantidad de evidencia que lo respalda e interactuar con la comunidad científica de una manera respetuosa e intelectualmente curiosa.