* Sin variación, sin selección: La evolución se basa en la variación dentro de una población. Esta variación proviene de mutaciones y el barajamiento de genes durante la reproducción sexual. Cuando todos tienen los mismos genes, no hay diferencia en los rasgos para que actúe sobre la selección natural.
* La selección natural requiere diferencias: La selección natural es el proceso donde los organismos con rasgos son más adecuados para su entorno tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse. Si todos son idénticos, todos tienen las mismas posibilidades de supervivencia y reproducción. No hay ventaja para ningún rasgo en particular, por lo que no ocurre una selección.
* Adaptabilidad al cambio: Un grupo de genes diverso permite que una población se adapte a entornos cambiantes. Si surge una nueva enfermedad o los cambios climáticos, algunas personas con genes ligeramente diferentes podrían estar mejor equipados para sobrevivir. Una población sin variación sería extremadamente vulnerable a tales cambios.
Piense en ello de esta manera: Imagine un mundo donde todos son exactamente iguales. Todos seríamos igualmente susceptibles a las mismas enfermedades, tenemos las mismas fortalezas y debilidades, y luchan por igual de cualquier cambio ambiental.
Es importante tener en cuenta: Si bien una población completamente idéntica es muy poco probable en los escenarios del mundo real, incluso las diferencias muy pequeñas en la composición genética pueden impulsar la evolución.