* Cambio evolutivo: La evolución es el proceso de cambio en la composición genética de una población a lo largo del tiempo. Este cambio puede ser impulsado por la selección natural, la deriva genética u otros mecanismos.
* Selección artificial: La selección artificial es el proceso donde los humanos crían intencionalmente organismos con rasgos deseables. Seleccionan qué personas reproducirán, transmitiendo los rasgos deseados a la próxima generación. Esto cambia fundamentalmente la composición genética de la población.
* El resultado: Con el tiempo, la selección artificial puede conducir a cambios significativos en las características físicas, comportamientos e incluso la composición genética de una especie. Estos cambios son tan reales y significativos como los impulsados por la selección natural.
Ejemplos de selección artificial:
* Animales domesticados: Los perros han sido criados selectivamente durante siglos, lo que resulta en una amplia gama de razas con apariciones y temperamentos muy diferentes.
* plantas de cultivo: La agricultura depende en gran medida de la selección artificial. Los agricultores eligen plantas con rasgos deseables como alto rendimiento, resistencia a las enfermedades o perfiles de sabor específicos, lo que lleva a cambios dramáticos en los cultivos en comparación con sus antepasados salvajes.
Diferencias clave de la selección natural:
* Presión de selección: En la selección natural, el entorno dicta qué rasgos son ventajosos. En la selección artificial, los humanos deciden qué rasgos son deseables.
* Objetivo: La selección natural no tiene un objetivo, simplemente favorece los rasgos que aumentan la supervivencia y la reproducción en un entorno determinado. La selección artificial tiene un objetivo específico establecido por el criador humano.
En conclusión: Si bien la selección artificial es un proceso impulsado por los humanos, sigue siendo una fuerza potente de cambio evolutivo, dando forma a las características de los organismos para adaptarse a las necesidades y deseos humanos.