* entornos similares, desafíos similares: Diferentes especies que viven en ambientes similares enfrentan las mismas presiones selectivas. Esto significa que necesitan adaptarse de manera similar a sobrevivir y reproducirse.
* La selección natural favorece el éxito: La selección natural actúa sobre la variación dentro de una población. Las personas con rasgos que son más adecuados para su entorno tienen más probabilidades de sobrevivir, reproducir y transmitir esos rasgos.
* Evolución independiente de rasgos similares: Con el tiempo, y a través de muchas generaciones, diferentes especies pueden evolucionar rasgos notablemente similares, a pesar de que no están directamente relacionados. Esto sucede porque la selección natural los ha llevado hacia la misma solución a desafíos similares.
Aquí hay algunos ejemplos:
* aletas: Las ballenas (mamíferos), los peces (vertebrados) y los ictiosaurs (reptiles marinos extintos) evolucionaron aletas para nadar en el océano, a pesar de que evolucionaron de ancestros muy diferentes.
* alas: Los murciélagos (mamíferos), las aves (vertebrados) y los pterosaurios (reptiles voladores extintos) todas las alas desarrolladas para el vuelo, a pesar de que no están estrechamente relacionadas.
* cacti y euphorbs: Estas dos familias de plantas, aunque no están estrechamente relacionadas, han evolucionado formas espinosas y suculentas similares para sobrevivir en entornos áridos.
En resumen: La evolución convergente demuestra cómo la selección natural puede conducir a adaptaciones notablemente similares en especies no relacionadas que enfrentan desafíos similares en su entorno. Es un poderoso recordatorio de cómo funciona la evolución para crear formas de vida diversas y fascinantes.