1. camuflaje: Muchos animales han evolucionado para mezclarse con su entorno, lo que los hace más difíciles de detectar para los depredadores. Esto se puede lograr a través de la coloración, los patrones o incluso las adaptaciones físicas como la capacidad del camaleón para cambiar el color.
2. Migración: Algunos animales viajan largas distancias para encontrar mejores alimentos, calzadas de reproducción o escapar del clima duro. Esto garantiza el acceso a recursos cruciales para la supervivencia.
3. Comportamiento social: Muchos animales viven en grupos, que ofrecen beneficios como una mayor vigilancia contra los depredadores, un mejor éxito de la caza y la atención compartida para los jóvenes.
4. Evitación de depredadores: Los animales han desarrollado varias estrategias para evitar convertirse en presas, como esconderse, huir o usar señales de advertencia. Esto también puede incluir imitar animales peligrosos o adoptar posturas defensivas.
5. Foraging: Los animales han desarrollado comportamientos específicos para encontrar y consumir alimentos. Esto puede involucrar habilidades como la caza, la eliminación o la recolección, y adaptarse a los cambios en la disponibilidad de alimentos.
Estos comportamientos son solo algunos ejemplos, y las estrategias específicas varían mucho dependiendo de la especie animal y su entorno.