1. Músculos faciales:
* Los humanos tienen una red compleja de músculos faciales, mucho más que otros primates. Esto permite una amplia gama de expresiones faciales, que son esenciales para la comunicación social.
* Los músculos alrededor de la boca y las mejillas están particularmente involucrados en sonrisas, risas y otras expresiones que transmiten emociones y facilitan la unión dentro de los grupos sociales.
2. Bipedalismo:
* Caminar en posición vertical condujo a cambios en la estructura del cráneo y la mandíbula.
* La cara se volvió más hacia adelante, y los músculos de la mandíbula cambiaron.
* Estos cambios, junto con una mandíbula más pequeña en general, probablemente influyeron en la formación y prominencia de las mejillas.
3. Discurso y lenguaje:
* El desarrollo de habilidades lingüísticas complejas en humanos requirió modificaciones en la boca y la garganta.
* Las mejillas juegan un papel en la modulación del flujo de aire durante el discurso, contribuyendo a los distintos sonidos que producimos.
4. Almacenamiento de grasa:
* Se han observado almohadillas de grasa de las mejillas en los bebés, que pueden servir como una capa protectora y ayudar en la termorregulación.
* Si bien la cantidad de grasa en las mejillas disminuye con la edad, vale la pena señalar que esta función temprana podría haber contribuido a la forma y estructura general de las mejillas a lo largo de la evolución.
5. Atractivo:
* Si bien es menos validado científicamente, algunas teorías sugieren que las mejillas completas, especialmente en las mujeres, podrían haber sido vistas como un signo de salud, fertilidad y juventud, potencialmente afectando la selección de pareja.
Por lo tanto, las mejillas humanas no son una adaptación singular, sino un producto de múltiples presiones evolutivas que dieron forma a nuestra anatomía facial y, en última instancia, nuestra capacidad para comunicar, sobrevivir y prosperar como una especie.