Cada célula hija recibe un juego completo de cromosomas, idéntico al conjunto presente en la célula madre. Durante la mitosis, el ADN de cada cromosoma se replica y las cromátidas hermanas resultantes se separan, asegurando que cada célula hija reciba el mismo material genético. Por lo tanto, cada célula hija contiene la misma cantidad de cromosomas que la célula madre, que normalmente es 46 en los humanos.