2. Protección. El esqueleto protege de lesiones los órganos vitales, como el cerebro, el corazón y los pulmones. También recubre la médula ósea, el tejido que produce las células sanguíneas.
3. Almacenamiento. Los huesos almacenan minerales, como calcio y fosfato. Cuando los niveles sanguíneos de estos minerales son bajos, pueden liberarse del hueso.
4. Movimiento. El esqueleto proporciona una unión para los músculos, que permiten mover partes del cuerpo.