La hipótesis de "un gen, un polipéptido", formulada por Beadle y Tatum durante su investigación sobre el hongo Neurospora crassa, estableció la relación entre genes y enzimas. Según esta hipótesis, cada gen controla la síntesis de una cadena polipeptídica específica, que eventualmente se pliega en una proteína funcional. Esto significa que cada gen codifica las instrucciones para producir un único polipéptido, lo que lleva a la síntesis de una proteína específica.