El cuerpo polar primario puede luego dividirse en dos pequeños cuerpos polares adicionales, dando como resultado un total de tres o cuatro cuerpos polares. Estos cuerpos polares están llenos de cromosomas que ya no son necesarios para la formación del óvulo. No se desarrollan más y eventualmente se desintegran.
A diferencia del óvulo, que continúa su maduración y fecundación, los cuerpos polares no desempeñan ningún papel activo en la reproducción y acaban siendo descartados. Su formación ayuda a mantener el número correcto de cromosomas en el embrión en desarrollo.