Los investigadores descubrieron que las bacterias resistentes a los antibióticos que sobreviven en las granjas de pollos pueden viajar en los propios pollos. Cuando se procesan los pollos, estas bacterias contaminan la carne y se propagan a otros alimentos que entran en contacto con ella.
El estudio también encontró que las bacterias resistentes a los antibióticos pueden sobrevivir durante largos períodos de tiempo en el ambiente de las granjas de pollos. Probablemente esto se deba al hecho de que estas granjas suelen ser tratadas con altos niveles de antibióticos, que matan las bacterias menos resistentes y permiten que florezcan las bacterias resistentes a los antibióticos.
Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para la salud pública. Las bacterias resistentes a los antibióticos pueden causar infecciones difíciles o imposibles de tratar y pueden transmitirse de personas a animales y viceversa. Este estudio destaca la necesidad de un mejor control del uso de antibióticos en la cría de pollos y otros entornos agrícolas.
Además de los riesgos para la salud pública, las bacterias resistentes a los antibióticos también pueden tener un impacto negativo en la industria avícola. La resistencia a los antibióticos puede dificultar el tratamiento de los pollos enfermos, lo que puede provocar mayores pérdidas para los granjeros.
El estudio realizado por científicos de UC Davis proporciona información valiosa que puede ayudarnos a comprender y abordar mejor el problema de la resistencia a los antibióticos. Al comprender cómo prosperan estas bacterias en las granjas de pollos, podemos desarrollar estrategias para reducir su propagación y proteger la salud pública.