- Fósiles del cráneo casi completo de Australopithecus anamensis, de 3,8 millones de años de antigüedad. [Crédito:KNM-WT/T. Riba, Nariokotome, Kenia]
El descubrimiento de un cráneo casi completo de Australopithecus anamensis de 3,8 millones de años en Kenia en 2016 está proporcionando nuevos conocimientos sobre la evolución de nuestros ancestros humanos. El cráneo, que es el ancestro más antiguo conocido del género Homo, al que pertenecen los humanos modernos, está ayudando a llenar algunos de los vacíos en nuestra comprensión de cómo evolucionamos a partir de ancestros parecidos a los simios.
Hallazgos clave:
1. Evidencia de un mosaico de rasgos :El cráneo de Australopithecus anamensis muestra una mezcla de características primitivas y más modernas, lo que sugiere que puede haber sido una especie de transición entre ancestros anteriores parecidos a los simios y ancestros posteriores parecidos a los humanos.
2. Cerebro más pequeño, cara más grande :En comparación con los homínidos anteriores (antepasados de los humanos), el Australopithecus anamensis tenía un cerebro más pequeño pero una cara más grande, particularmente en la región de las mandíbulas y los dientes. Esto sugiere un cambio en la dieta hacia una dieta más basada en plantas, que requiere mandíbulas y dientes más fuertes.
3. Bípedo pero arbóreo :La forma y estructura del cráneo indican que Australopithecus anamensis era completamente bípedo y caminaba erguido sobre dos piernas, pero sus brazos largos y dedos curvados sugieren que pasaba una cantidad significativa de tiempo trepando a los árboles.
4. Grupo diverso de antepasados :El descubrimiento de Australopithecus anamensis junto con otras especies de homínidos de aproximadamente el mismo período sugiere que pudo haber habido un grupo diverso de ancestros humanos primitivos, en lugar de una única progresión lineal de una especie a otra.
5. Reevaluación de la línea temporal de la evolución humana :La presencia de Australopithecus anamensis en el este de África hace 3,8 millones de años desafía las estimaciones anteriores de que el linaje humano se separó de los chimpancés hace unos 7 millones de años. Sugiere que esta divergencia pudo haber ocurrido antes.
El cráneo del Australopithecus anamensis proporciona información valiosa que ayuda a refinar nuestra comprensión de la compleja historia evolutiva de nuestra ascendencia humana. Permite a los científicos obtener información sobre las características físicas, el comportamiento y la ecología de nuestros primeros ancestros y nos ayuda a reconstruir el intrincado tapiz de la evolución humana.