El descubrimiento de un gen faltante en los primeros mamíferos podría arrojar luz sobre su existencia nocturna. Esta hipótesis se basa en la correlación entre las mutaciones en este gen y el desarrollo de estructuras retinianas especializadas responsables de la visión nocturna en varios grupos de mamíferos. La ausencia de este gen específico en la composición genética de los primeros mamíferos sugiere que el antepasado podría haber sido parcial, si no completamente, criaturas nocturnas.