Coextinción: En este caso, la especie del parásito se extingue junto con su huésped. Es más probable que esto ocurra cuando el parásito tiene un alto grado de especificidad de huésped y no puede sobrevivir sin su huésped específico. Sin un huésped adecuado para infectar y reproducirse, la población del parásito eventualmente disminuye y desaparece.
Cambio de host: En algunos casos, un parásito podría adaptarse a una nueva especie huésped y sobrevivir. Este proceso se conoce como "cambio de huésped" y puede ocurrir cuando el parásito puede infectar a un huésped estrechamente relacionado o es capaz de superar barreras que previamente le impedían utilizar ese huésped. Sin embargo, el cambio de anfitrión puede no tener éxito y puede presentar al parásito nuevos desafíos y competencia de otros parásitos en el ecosistema del nuevo anfitrión.
Especialización para el anfitrión superviviente: En determinadas circunstancias, un parásito puede evolucionar para especializarse más en infectar y explotar a su especie huésped superviviente. Esto puede suceder si la especie huésped original se vuelve rara o desaparece y el parásito se adapta a los huéspedes restantes que están disponibles. Esta especialización puede implicar modificaciones en los rasgos o el comportamiento del parásito para adaptarse mejor a las características del huésped superviviente.
Reducción de rasgos parasitarios: Si la extinción de la especie huésped conduce a una disminución significativa en la abundancia o disponibilidad de los huéspedes, la especie parásita podría reducir su inversión en rasgos parasitarios. Por ejemplo, podría disminuir su tasa reproductiva o la gravedad de su impacto en la salud del huésped. Este cambio podría ser una adaptación a la escasez de huéspedes y la necesidad del parásito de persistir en condiciones difíciles.
Disminución de la población y vulnerabilidad: Incluso si la especie del parásito pudiera sobrevivir después de la extinción de su huésped, podría experimentar una disminución significativa en el tamaño de su población. Esta reducción puede hacer que el parásito sea más vulnerable a mayores alteraciones ambientales, mayor depredación o competencia de otros organismos, aumentando el riesgo de su propia extinción.
Las consecuencias exactas de la extinción de hospedadores en los parásitos dependen de varios factores, como la especificidad del hospedador del parásito, la disponibilidad e idoneidad de hospedadores alternativos y la resiliencia y adaptabilidad tanto del parásito como de las especies hospedadoras involucradas.