Temperatura corporal central: La temperatura corporal central sigue un ritmo circadiano, donde el punto más bajo suele ocurrir durante las primeras horas de la mañana y el punto más alto al final de la tarde o temprano en la noche. Esta fluctuación diaria de la temperatura está estrechamente relacionada con el ciclo de sueño-vigilia.
Sincronización del ritmo circadiano: Cuando la temperatura central del cuerpo aumenta por la mañana, le indica al reloj circadiano que es hora de despertarse y estar activo. Por el contrario, cuando la temperatura central desciende por la noche, prepara al cuerpo para dormir. Este proceso ayuda a sincronizar el reloj interno del cuerpo con el ciclo externo de luz y oscuridad.
Luz y Melatonina: La exposición a la luz es un potente Zeitgeber, o señal externa, que restablece el reloj circadiano. Cuando la luz entra en los ojos, estimula la producción de melatonina, una hormona que favorece la somnolencia. La liberación de melatonina se ve suprimida por la temperatura corporal más alta durante el día, pero a medida que la temperatura corporal desciende por la noche, los niveles de melatonina aumentan, lo que indica el inicio del sueño.
Restablecimiento del reloj circadiano: La influencia de la temperatura corporal en el reloj circadiano permite ajustes y sincronización en respuesta a cambios en el medio ambiente o el estilo de vida. Por ejemplo, cuando se viaja a través de diferentes zonas horarias (desfase horario), el ritmo de la temperatura central del cuerpo se puede cambiar gradualmente para alinearse con la nueva hora local exponiéndose a una luz brillante en los momentos adecuados y manteniendo un horario de sueño regular.
Trabajo por turnos y trastornos del sueño: Las personas que trabajan en turnos nocturnos o tienen horarios de trabajo irregulares pueden experimentar alteraciones en los ritmos de temperatura corporal y problemas de sueño. Esto se debe a que sus relojes internos no están sincronizados con el ciclo normal día-noche, lo que genera dificultades para conciliar el sueño, permanecer despierto durante el día y la calidad general del sueño.
En general, la temperatura corporal actúa como una poderosa señal que ayuda a alinear el reloj interno del cuerpo con el entorno externo. Al regular las fluctuaciones de la temperatura central, la exposición a la luz y la producción de melatonina, la temperatura corporal desempeña un papel vital en el restablecimiento y mantenimiento del ritmo natural del reloj biológico.