Uno de los principales factores que restringe el cambio evolutivo de la columna vertebral en los mamíferos es la velocidad. Los mamíferos son animales que se mueven relativamente rápido y la columna vertebral debe poder soportar las fuerzas generadas al correr, saltar y otras actividades. Cualquier cambio importante en la columna vertebral podría comprometer potencialmente la capacidad de un animal para moverse rápida y eficientemente.
Por ejemplo, si las vértebras se alargaran, la columna se volvería más flexible, pero también sería menos estable y más propensa a sufrir lesiones. De manera similar, si las vértebras se acortaran, la columna sería más rígida, pero también menos flexible y más propensa a restringir el movimiento.
Además de la necesidad de velocidad, la columna vertebral también se ve limitada por la necesidad de proteger la médula espinal y otros órganos vitales. Las vértebras deben ser lo suficientemente fuertes para proteger estas estructuras del daño, pero también deben ser lo suficientemente flexibles para permitir el movimiento. Cualquier cambio en la columna vertebral debe tener en cuenta estos requisitos contradictorios.
Como resultado de estas limitaciones, la columna vertebral de los mamíferos ha evolucionado relativamente lentamente con el tiempo. Si bien ha habido algunos cambios, como la reducción del número de vértebras en el cuello y la cola, la estructura general de la columna vertebral se ha mantenido prácticamente igual.
Esto no quiere decir que la columna vertebral no sea capaz de cambiar. De hecho, la columna vertebral de los mamíferos ha sufrido importantes cambios a lo largo de la evolución. Sin embargo, estos cambios han sido graduales e incrementales y se han visto limitados por la necesidad de mantener las funciones esenciales de la columna vertebral.