Sí, la discriminación puede contribuir a sentimientos de radicalización. Las investigaciones han demostrado que las personas que sufren discriminación pueden recurrir a la radicalización como medio de empoderamiento, buscando recuperar un sentido de control y pertenencia. La discriminación también puede generar una sensación de injusticia, que puede alimentar la ira y el resentimiento, y hacer que las personas sean más vulnerables a los esfuerzos de reclutamiento de grupos extremistas que les ofrecen un sentido de propósito y comunidad. Además, las experiencias de discriminación pueden crear un cambio psicológico, donde las personas comienzan a ver la violencia como la única forma de abordar la injusticia que han enfrentado.