Naturaleza delicada:los pelos suelen ser frágiles y pueden romperse fácilmente con el tiempo. Carecen de la robustez estructural de los huesos o los dientes, que comúnmente se conservan como fósiles. La estructura fina y delicada de los pelos los hace muy susceptibles a la descomposición y desintegración.
Condiciones ambientales limitadas:si bien el cabello puede caerse y depositarse en diversos entornos, no todas las condiciones favorecen su conservación. Los pelos se conservan mejor en ambientes anóxicos, donde la ausencia de oxígeno ralentiza la descomposición microbiana. Estas condiciones rara vez ocurren en entornos geológicos, y su combinación específica, incluido un entierro adecuado y una perturbación limitada, restringe aún más los sitios potenciales para la preservación del cabello.
Alteraciones ambientales:a lo largo de la historia geológica, los cambios en las condiciones ambientales pueden tener profundos impactos en la preservación de los pelos fosilizados. Factores como la erosión, la intemperie, la actividad microbiana y las fluctuaciones de temperatura pueden degradar gradualmente los restos orgánicos, incluidos los pelos. La exposición prolongada a estos agentes destructivos durante períodos de tiempo geológicos reduce las posibilidades de conservación del cabello.
Procesos tafonómicos:los complejos y variados procesos involucrados en la fosilización de organismos también juegan un papel crucial al influir en la preservación de los pelos. La tasa y la profundidad del entierro, la composición química del entorno del entierro, así como los eventos geológicos posteriores, como los movimientos tectónicos, pueden contribuir colectivamente a la aparición limitada de fósiles de cabello conservados.
Además de estos factores, es posible que el cabello simplemente no haya sido tan frecuente en algunos entornos pasados. La rareza del cabello en el registro fósil podría reflejar fluctuaciones reales en la presencia y abundancia de organismos con pelo en diversos ecosistemas. El estudio de los pelos fosilizados y las condiciones relacionadas con su preservación nos permite obtener una comprensión más completa de la evolución a largo plazo de las adaptaciones tegumentarias y las estrategias de la historia de vida de los organismos.