La susceptibilidad a las infecciones varía con la edad, principalmente debido a diferencias en la experiencia inmune y la fisiología.
- Los recién nacidos suelen disfrutar de cierta inmunidad pasiva derivada de los anticuerpos de su madre. Sin embargo, estos se vuelven menos efectivos con el tiempo. Paralelamente, la mayoría de los animales jóvenes desarrollan gradualmente su propia inmunidad activa como resultado del contacto con patógenos del medio ambiente.
- Además del desarrollo del sistema inmunológico, otras diferencias fisiológicas influyen en el riesgo de infección relacionado con la edad. Por ejemplo, en los seres humanos el intestino es estéril al nacer, pero pronto es colonizado por bacterias que contribuyen a la barrera contra las infecciones. Del mismo modo, la piel de los recién nacidos es más fina que la de los adultos y proporciona una barrera menos eficaz.
- Por último, los efectos de la infección también suelen ser más graves en los jóvenes. Esto es particularmente notable en infecciones respiratorias como la influenza y la neumonía, que pueden ser fatales para los bebés.