1. Contaminación lumínica
- Las luces artificiales de las ciudades permanecen encendidas toda la noche y esto puede alterar los ritmos circadianos de los peces. La mayoría de las especies acuáticas han evolucionado en condiciones de luz natural y la luz artificial continua podría interferir con sus ciclos normales de día y noche. Los estudios en varios organismos acuáticos han demostrado que la exposición a la luz durante la noche puede alterar los niveles de melatonina y alterar los ciclos de sueño-vigilia.
2. Contaminación acústica
- Las zonas urbanas suelen tener niveles de ruido más altos debido al tráfico, la construcción, la actividad humana, etc. Las especies acuáticas dependen del sonido para comunicarse, detectar depredadores y orientarse. La exposición crónica a la contaminación acústica urbana puede alterar su comportamiento acústico y afectar a su capacidad para descansar adecuadamente.
3. Alteración del hábitat
- La urbanización conduce a modificaciones del hábitat que pueden influir en el comportamiento y la fisiología de los peces. Los cambios en la calidad del agua (debido a la contaminación o la escorrentía) y la reducción de los hábitats naturales pueden afectar la salud y el bienestar general de los peces, incluida su capacidad para descansar lo suficiente.
El grado en que estos factores afectan los patrones de sueño puede variar entre las diferentes especies de peces y ecosistemas, lo que requiere más investigaciones para comprender completamente el impacto de la urbanización en el sueño acuático.