1. Glóbulos rojos:
- Recuento reducido de glóbulos rojos (Anemia):la infección por COVID-19 puede provocar una disminución en la producción de glóbulos rojos, provocando anemia. Esto puede provocar fatiga, debilidad y dificultad para respirar.
- Forma anormal de los glóbulos rojos:el virus puede afectar el desarrollo de los glóbulos rojos, dando lugar a formas anormales, como células en forma de lágrima o fragmentadas. Estas células anormales pueden ser menos eficientes para transportar oxígeno.
2. Glóbulos blancos:
- Depleción de linfocitos:la infección por COVID-19 puede provocar una reducción significativa del número de linfocitos, especialmente de células T y B. Los linfocitos desempeñan un papel vital en la respuesta del sistema inmunológico a las infecciones.
- Aumento de neutrófilos:durante una infección aguda por COVID-19, puede haber un aumento de neutrófilos, un tipo de glóbulo blanco que ayuda a combatir las infecciones. Sin embargo, en algunos casos, la elevación prolongada de neutrófilos puede ser un signo de inflamación continua.
3. Plaquetas:
- Activación de plaquetas:la infección por COVID-19 puede activar las plaquetas, haciéndolas más propensas a agregarse y formar coágulos. Esto puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos, como la trombosis venosa profunda (TVP) o la embolia pulmonar (EP).
- Recuento de plaquetas reducido (trombocitopenia):en casos graves de COVID-19, puede producirse una disminución del recuento de plaquetas (trombocitopenia). Esto puede provocar un aumento del sangrado y una alteración de la coagulación sanguínea.
4. Células endoteliales:
- Disfunción endotelial:la infección por COVID-19 puede afectar las células endoteliales, que recubren la superficie interna de los vasos sanguíneos. La disfunción endotelial puede alterar el flujo sanguíneo, promover la inflamación y contribuir al desarrollo de coágulos sanguíneos.
5. Anormalidades de la coagulación:
- Aumento de la coagulación:la infección por COVID-19 se asocia con una mayor tendencia de la sangre a coagularse. Este estado procoagulante puede deberse a varios factores, entre ellos inflamación, daño endotelial y actividad plaquetaria anormal.
- Síndrome antifosfolípido:en algunas personas que han tenido COVID-19, se desarrollan anticuerpos antifosfolípidos, lo que puede provocar un mayor riesgo de coágulos sanguíneos y complicaciones del embarazo.
Es importante señalar que los mecanismos exactos por los cuales el COVID-19 afecta a las células sanguíneas aún se están estudiando y las consecuencias a largo plazo de estos cambios aún no se comprenden completamente. Es necesaria una investigación continua para determinar el alcance total y las implicaciones de estos cambios relacionados con la sangre en los pacientes con COVID-19.