Temperatura y humedad:los cambios de temperatura y humedad pueden afectar la supervivencia, el crecimiento y la transmisión de vectores de enfermedades, como mosquitos y garrapatas. Por ejemplo, las temperaturas más cálidas pueden ampliar el alcance de ciertas especies de mosquitos, lo que aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por mosquitos como la malaria, el dengue y la fiebre amarilla.
Eventos climáticos extremos:Los eventos climáticos extremos, como huracanes, inundaciones y sequías, pueden alterar la infraestructura, desplazar comunidades y provocar condiciones insalubres, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua y los alimentos. Por ejemplo, las inundaciones pueden contaminar los suministros de agua y provocar brotes de cólera y fiebre tifoidea.
Cambios en la vegetación:el cambio climático puede alterar los patrones de vegetación y los ecosistemas, lo que puede afectar los hábitats y la distribución de los animales portadores de enfermedades. Por ejemplo, la expansión de los bosques tropicales debido al cambio de temperaturas puede acercar a los humanos a animales portadores de enfermedades como el virus del Ébola y la fiebre de Lassa.
Cambios en los patrones agrícolas:el cambio climático puede afectar las prácticas agrícolas y el rendimiento de los cultivos, lo que podría provocar escasez de alimentos y desnutrición. Cuando las personas están desnutridas, su sistema inmunológico puede debilitarse, haciéndolas más susceptibles a las enfermedades.
Cambios en la calidad del agua:el aumento de las temperaturas y los cambios en las precipitaciones pueden afectar la calidad de los recursos hídricos, aumentando el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua. Por ejemplo, las temperaturas más cálidas del agua pueden promover el crecimiento de bacterias y parásitos dañinos, lo que provoca brotes de enfermedades como E. coli y criptosporidiosis.
Comportamiento humano alterado:el cambio climático puede obligar a las personas a migrar o reubicarse, poniéndolas en contacto con diferentes entornos y riesgos de enfermedades. Por ejemplo, las personas que se trasladan a zonas urbanas pueden enfrentarse a una mayor exposición a enfermedades infecciosas debido a las condiciones de hacinamiento y al acceso limitado a la atención sanitaria.
Es importante señalar que el cambio climático interactúa con factores ecológicos, sociales y económicos complejos, lo que dificulta atribuir brotes de enfermedades específicas únicamente al cambio climático. Sin embargo, las investigaciones sugieren que el cambio climático tiene el potencial de exacerbar la propagación de ciertas enfermedades y aumentar el riesgo de brotes. Abordar el cambio climático e implementar medidas de salud pública son cruciales para mitigar los impactos en la salud relacionados con las enfermedades sensibles al clima.