- Poder político: El idioma hablado por la clase dominante o el gobierno a menudo se convierte en el idioma dominante, tal como se utiliza en los documentos oficiales, las escuelas y los medios de comunicación.
- Factores económicos: El idioma que se utiliza en los negocios y el comercio suele ser más ventajoso de aprender, lo que lleva a su mayor uso y prominencia.
- Factores culturales: Los idiomas asociados con una cultura que se percibe como más prestigiosa o deseable pueden atraer a más hablantes.
- Datos demográficos: Las tasas de natalidad y los patrones de inmigración de diferentes comunidades lingüísticas también pueden afectar qué idioma se vuelve dominante.
En algunos casos, cuando las lenguas no entran en competencia directa, pueden influirse y cambiarse entre sí para crear nuevas lenguas, conocidas como "criollos". Cada situación lingüística es única y los factores que determinan qué lengua sobrevive son complejos y variados.