El cerebro del murciélago es responsable de procesar los ecos y crear un mapa mental de su entorno. La corteza auditiva del cerebro del murciélago se encarga de procesar los ecos y el hipocampo se encarga de crear el mapa mental.
Cuando un murciélago emite una onda sonora, la onda sonora viaja por el aire y rebota en los objetos del entorno. Los ecos de las ondas sonoras regresan a los oídos del murciélago y su cerebro procesa los ecos para determinar la ubicación de los objetos.
El cerebro del murciélago utiliza una variedad de señales para determinar la ubicación de los objetos, incluido el tiempo de demora entre la emisión de la onda sonora y la recepción del eco, la intensidad del eco y la frecuencia del eco.
El cerebro del murciélago también es capaz de compensar el efecto Doppler, que es el cambio en la frecuencia de una onda sonora cuando el objeto que emite la onda sonora se acerca o se aleja del observador.
El cerebro del murciélago es un órgano complejo y sorprendente que les permite navegar por su entorno y encontrar comida en la oscuridad.