1. Reservas de energía:las planarias almacenan energía en forma de lípidos, glucógeno y proteínas. Cuando los alimentos escasean, movilizan estas reservas para impulsar el proceso de regeneración.
2. Regeneración selectiva:los planarios priorizan la regeneración de tejidos y órganos esenciales sobre estructuras menos críticas. Centran sus limitados recursos energéticos en regenerar componentes vitales que aseguran la supervivencia, como el sistema digestivo y el sistema nervioso.
3. Proliferación y transdiferenciación celular:las planarias hambrientas exhiben una mayor proliferación y transdiferenciación celular, que es la conversión de un tipo de célula en otro. Las células madre desempeñan un papel crucial en la generación de diversos tipos de células necesarias para la regeneración.
4. Tasa metabólica reducida:para conservar energía, las planarias entran en un estado de actividad metabólica reducida. Ralentizan sus procesos fisiológicos generales, que incluyen la digestión, el crecimiento y la reproducción, para minimizar el consumo de energía.
5. Autofagia:Las planarias activan la autofagia, un proceso de autodigestión. Durante la autofagia, los componentes celulares dañados o innecesarios se descomponen y reciclan para proporcionar nutrientes esenciales para la regeneración.
6. Reorganización y remodelación:las planarias hambrientas muestran una plasticidad y adaptabilidad notables en la organización de sus tejidos. Pueden reconfigurar sus tejidos existentes y reutilizar los recursos disponibles para facilitar la regeneración.
7. Adaptaciones ambientales:las planarias pueden adaptarse a períodos de hambruna alterando su comportamiento y estilo de vida. Pueden reducir el movimiento y conservar energía, o pueden buscar fuentes de alimentos alternativas si están disponibles.
8. Ventajas evolutivas:La capacidad de regenerarse durante la inanición es una adaptación evolutiva que ha contribuido al éxito y la supervivencia de las planarias en hábitats diversos y desafiantes.
Al emplear estas estrategias, las planarias demuestran su resiliencia y adaptabilidad para soportar períodos desafiantes de privación de nutrientes y mantener sus capacidades regenerativas, asegurando la supervivencia de su especie.