1. Robo de gorra: El virus de la influenza carece de la estructura de tapa necesaria para iniciar la transcripción. En cambio, roba la estructura de la tapa 5' de los ARNm de la célula huésped mediante un proceso llamado cap-snatching. Esto permite que la maquinaria de traducción de la célula huésped reconozca el ARN viral y lo traduzca eficientemente en proteínas virales.
2. Genoma multipartito: El genoma del virus de la influenza consta de ocho segmentos de ARN separados. Esta segmentación permite el reordenamiento genético entre diferentes cepas virales, lo que contribuye a la rápida evolución y aparición de nuevos virus de influenza.
3. ARN polimerasa propensa a errores: La ARN polimerasa del virus de la influenza carece de actividad correctora, lo que lleva a una alta tasa de mutación en el ARN viral. Esta variación genética genera diversidad dentro de la población viral, facilitando la adaptación a los entornos cambiantes del huésped y las respuestas inmunes.
4. Exportación nuclear de ARN viral: Después de la transcripción en el núcleo, el ARN viral debe exportarse eficientemente al citoplasma para su traducción y replicación. Los virus de la influenza codifican proteínas virales específicas, como la proteína de exportación nuclear (NEP), que median la exportación nuclear del ARN viral.
5. Regulación de la transcripción de la célula huésped: Los virus de la influenza manipulan los procesos de transcripción y traducción de las células huésped en su beneficio. Pueden inhibir la síntesis de ARNm de la célula huésped al tiempo que promueven la traducción del ARN viral, asegurando la producción preferencial de proteínas virales.
6. Complejos de replicación: La replicación del virus de la influenza ocurre en complejos de replicación especializados dentro del citoplasma. Estos complejos constan de ARN viral, ARN polimerasa y otros factores virales y del huésped, lo que proporciona un entorno óptimo para la replicación eficiente del ARN viral.
7. Evasión inmune: Los virus de la influenza han desarrollado mecanismos para evadir la respuesta inmune del huésped y facilitar una replicación eficiente. Pueden regular negativamente la expresión de genes inmunitarios del huésped, interferir con la señalización de citocinas y modular la actividad de las células inmunitarias.
Al emplear estas estrategias, el virus de la influenza logra una replicación eficiente del ARN viral, que es esencial para su infección y transmisión exitosa.