El género también está determinado por nuestro entorno, incluida la forma en que somos socializados. Desde pequeños, a niños y niñas se les enseñan cosas diferentes sobre lo que significa ser hombre o mujer. Esto puede tener un impacto significativo en nuestra identidad de género y nuestro comportamiento.
Por ejemplo, a menudo se anima a los niños a ser duros y atléticos, mientras que a las niñas se les anima a ser amables y cariñosas. Esto puede hacer que los niños sean más propensos a correr riesgos y que las niñas tengan más miedo al fracaso.
Es importante recordar que el género no es un concepto binario. Hay muchas formas diferentes de expresar el género y no todas encajan en las categorías tradicionales de hombre y mujer. Algunas personas pueden identificarse como transgénero, no binarias u otra identidad de género.
También es importante desafiar los estereotipos de género. No debemos dar por sentado que todos los hombres son buenos en matemáticas o que todas las mujeres son buenas cocinando. Cada uno tiene sus propios talentos y habilidades únicos, independientemente de su género.