Publicado en la revista *Scientific Reports*, el estudio analizó muestras de sangre de más de 1.500 ranas.
"Bd infecta la piel de los anfibios, y se ha planteado la hipótesis de que el hongo puede invadir tejidos profundos y causar infecciones sistémicas. Sin embargo, hasta ahora ha habido evidencia limitada que respalde esto en poblaciones silvestres", dijo la coautora del estudio, Delia Gutiérrez. investigador asociado postdoctoral en la Escuela Warnell de Silvicultura y Recursos Naturales de la Universidad de Georgia. "La detección del material genético del patógeno en el torrente sanguíneo de las ranas nos confirmó que *Batrachochytrium dendrobatidis* se mueve sistémicamente".
La evidencia anterior que respaldaba la infección sistémica por Bd se basaba principalmente en el examen de anfibios fallecidos. Estas observaciones podrían estar sesgadas por la probabilidad de que un individuo con una infección sistémica tenga más probabilidades de morir o que ciertas poblaciones sean objeto de un muestreo más intenso debido a eventos de mortalidad.
"La principal diferencia entre nuestro estudio y otros que han detectado *B. dendrobatidis* sistémicamente es que el nuestro es el primero en documentar Bd en el torrente sanguíneo en múltiples especies de ranas de poblaciones naturales a lo largo del tiempo", dijo el autor principal Matthew Becker, quien trabajó en el estudio mientras completa su doctorado. en la UGA. "Utilizamos una herramienta de diagnóstico molecular desplegable en el campo que nos permitió examinar rápidamente muestras de sangre de múltiples especies en una estación de campo remota".
Los investigadores tomaron muestras de 26 especies de ranas del Área Protegida de San Lorenzo, un sitio en Panamá que ha experimentado brotes de quitridiomicosis. El equipo tomó muestras de ranas en diferentes épocas del año para comprender cómo la enfermedad varía estacionalmente y con el tiempo. Detectaron *B. dendrobatidis* en el 4% de las muestras de sangre de las ranas, y encontraron que la detección de Bd en la sangre estaba relacionada con un aumento de la mortalidad.
"Esto nos dice que los animales que tienen *B. dendrobatidis* en su torrente sanguíneo tienen más probabilidades de morir", dijo Gutiérrez. "Esto era algo que se sospechaba, pero no había mucha información disponible".
Los investigadores planean continuar estudiando la epidemiología de la quitridiomicosis y desarrollando herramientas para ayudar a combatirla.
"Ahora que tenemos una nueva forma de ver la enfermedad, podemos empezar a hacer preguntas como '¿Cuáles son los mecanismos fisiológicos que conducen a la muerte por Bd?' y '¿Cómo juega un papel la respuesta inmune?'", dijo Gutiérrez. "Esto nos ayudará a comprender cómo el patógeno causa enfermedades, lo cual es importante para el desarrollo de estrategias de mitigación que ayuden a salvar a las ranas".