En la 184ª reunión de la Sociedad Estadounidense de Acústica, un equipo dirigido por el biólogo de la Universidad de Syracuse, Aaron Rice, proporcionó información para respaldar su teoría. La conferencia se reunió esta semana en Denver.
Los científicos llevan mucho tiempo desconcertados por los cantos de baja frecuencia que generan varias especies de ballenas barbadas, en particular las ballenas jorobadas y azules. Estos ruidos se pueden escuchar a cientos de kilómetros de distancia y pueden durar horas. Sin embargo, la razón y el propósito de estas canciones han sido objeto de extensas discusiones y conjeturas.
Según Rice, a su equipo se le ocurrió la teoría de que las canciones pueden servir como una especie de "red acústica" para atraer plancton, krill y otros organismos diminutos a las bocas de las ballenas. Investigaron esta noción utilizando modelos computacionales que simulaban las ondas sonoras producidas por el canto de las ballenas.
Según Rice, "descubrimos que los componentes de baja frecuencia de las canciones producen ondas estacionarias u ondas sonoras persistentes que rebotan entre la superficie y el fondo del océano". Estas ondas estacionarias podrían afectar el comportamiento del zooplancton al hacer que se aglomeren en ciertos lugares, lo que facilitaría que las ballenas se las coman.
Rice enfatiza que su idea aún se encuentra en sus primeras etapas y requiere más investigación para confirmarla. En el futuro tienen la intención de realizar estudios acústicos y de comportamiento en ballenas barbadas vivas en la naturaleza. También quieren investigar si otras especies marinas son capaces de comunicarse entre sí mediante el sonido.
Los resultados de la investigación de Rice y sus colegas contribuyen a nuestra comprensión de las intrincadas interacciones acústicas de las ballenas barbadas. La vida de estos asombrosos animales aún encierra muchos misterios por descubrir, pero sus hallazgos resaltan cuán crucial es el sonido en sus actividades diarias y en sus interacciones con el entorno.