AQP1 es una proteína de membrana que se encuentra en varios tejidos del cuerpo, incluidos la piel, los riñones y los ojos. Funciona principalmente como un canal de agua, facilitando el movimiento del agua a través de las membranas celulares. Sin embargo, su papel en la protección de las células contra la pérdida de agua sigue siendo poco conocido.
El equipo de investigación, dirigido por la profesora Sarah Hamm-Alvarez, llevó a cabo una serie de experimentos utilizando técnicas de imagen avanzadas y modelos computacionales para investigar el comportamiento de AQP1 a nivel molecular. Descubrieron que cuando las células experimentan pérdida de agua, AQP1 sufre un cambio conformacional que altera su estructura.
Este cambio estructural permite que AQP1 se una a otra proteína llamada ezrin, que participa en el mantenimiento de la integridad de la membrana celular. La interacción entre AQP1 y ezrin desencadena una cascada de señalización que conduce a la activación de una bomba que transporta agua de regreso a la célula, reponiendo el agua perdida y restaurando la función celular.
El profesor Hamm-Alvarez explica la importancia de este hallazgo:"Al comprender cómo AQP1 protege a las células de la pérdida de agua, podemos desarrollar potencialmente nuevas estrategias terapéuticas para afecciones en las que la deshidratación celular desempeña un papel. Por ejemplo, en el síndrome del ojo seco, donde los ojos carecen de agua. Si hay suficiente humedad, apuntar a AQP1 podría ayudar a mejorar la producción de lágrimas y aliviar los síntomas".
El descubrimiento también arroja luz sobre el papel más amplio de AQP1 en diversos procesos fisiológicos. Se sabe que AQP1 participa en la regulación del equilibrio de líquidos en el cuerpo y su mal funcionamiento se ha relacionado con varias enfermedades. Investigaciones adicionales en esta área podrían proporcionar información valiosa sobre los mecanismos subyacentes de estas afecciones y allanar el camino para nuevas opciones de tratamiento.
Los hallazgos de este estudio han sido publicados en la prestigiosa revista científica Nature Communications, destacando su importancia en el campo de la biología celular. El equipo de investigación tiene previsto seguir explorando los mecanismos moleculares de AQP1 y sus posibles aplicaciones en intervenciones terapéuticas.