- Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Nueva York examinó los efectos de nombrar comportamientos sobre la propensión de las personas a participar en esos comportamientos.
- El estudio se centró en dos comportamientos específicos:la "procrastinación" y los "refrigerios saludables".
- Los investigadores dividieron a los participantes en dos grupos:un grupo experimental y un grupo de control.
- Al grupo experimental se le pidió que usara un término específico ("procrastinación" o "refrigerios saludables") para describir sus comportamientos, mientras que al grupo de control simplemente se le pidió que describiera sus comportamientos sin usar un término específico.
- Los resultados del estudio mostraron que los participantes del grupo experimental tenían más probabilidades de realizar las conductas mencionadas en comparación con los participantes del grupo de control.
- Por ejemplo, los participantes a los que se les pidió que usaran el término "procrastinación" tenían más probabilidades de posponer las cosas, mientras que aquellos a los que se les pidió que usaran el término "refrigerios saludables" tenían más probabilidades de consumir refrigerios saludables.
Implicaciones:
Los hallazgos de este estudio sugieren que nombrar un comportamiento puede animar a las personas a realizarlo con más frecuencia. Esto tiene implicaciones importantes para comprender cómo promover conductas positivas y desalentar las negativas.
Aplicaciones:
Los resultados de este estudio se pueden aplicar en diversos entornos para fomentar comportamientos deseables y desalentar los indeseables.
- Por ejemplo, las campañas de salud pública podrían utilizar términos específicos para fomentar conductas saludables como "comer frutas y verduras" o "hacer ejercicio con regularidad".
- De manera similar, las escuelas y los lugares de trabajo podrían utilizar términos específicos para desalentar comportamientos negativos como "bullying" o "cyberloafing".
Conclusión:
Nombrar un comportamiento puede tener una influencia significativa en la probabilidad de que las personas participen en ese comportamiento. Este conocimiento puede aprovecharse para promover conductas positivas y desalentar las negativas mediante mensajes e intervenciones específicas.